De el sufrimiento, Siddharta,
nace la vida...



Cada caricia engendra ala mordida,

cada destello nos ensombrece luego.



Resbalamos por la piel del deseo
cual gotas de miel rancia.



Con la comisura de tus ojos,
observas nuestra mascarada:
como caleidoscopio,

en caos, todo gira...

Y tú, detenido...

Absoluto en tu Belleza.

Libre del mármol que te apresa.